Por:
Pepe Porcayo
Generalmente
las comedias románticas tienen una fórmula muy marcada: la chica que conoce al
chico o viceversa, pasan algunos conflictos y terminan siendo felices para
siempre al final de la trama. “Tal vez es para siempre” lo maneja de una manera
un tanto distinta. Es la historia que transcurre en el periodo de 12 años,
donde Rosie (Lily Collins) y Alex (Sam Clafin) son mejores amigos desde la
infancia, se conocen tanto que podría uno saber lo que está pensando el otro,
son incondicionales y están enamorados el uno con el otro, pero nunca se
atreven a demostrárselo, más allá de una gran amistad. Así pasa el tiempo y los
personajes tienen varias oportunidades para demostrarse ese amor, pero por
azares del destino la vida de ambos toma caminos diferentes y desarrollan sus
vidas, con otras personas, en diferentes países el uno del otro hasta llegar a
la edad adulta. Tanto Collins como Clafin cumplen bien con el rol principal,
sin dar grandes lecciones histriónicas, pero son tan carismáticos que les
compras que han pasado 12 años y que se sigan viendo relativamente
adolescentes.
El
gran “pero” de la cinta es que transcurre tiempo entre esos pequeños y los
adultos que ves al final, y no se siente realmente un cambio en los personajes,
es como si no se hubiera profundizado demasiado en los cambios que un ser
humano puede tener tanto física como psicológicamente en ese tiempo. Además de
que por momentos sentí que el ritmo de la cinta va bastante lento, al tratar de
contarnos lo que hacen y las varias relaciones fallidas de sus protagonistas.
“Tal vez es
para Siempre” trata de salirse de los estándares en la que las mayorías de las
Chick-Flick transitan, logra hacerlo por momentos, pero no termina de cuajar
del todo. No por eso es una mala cinta, ya que resulta bastante disfrutable a
momentos y seguramente saldrás con un buen sabor de boca del cine.
Calificación: **1/2
Calificaciones:
*Mala
** Regular
*** Buena
****Buenísima
***** Un Clásico
Trailer:
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